Podría decir que me siento feliz por haberte visto, pero no es lo que quiero. Podría decir que me siento feliz con el solo saber que pensaste en mí una vez más. Podría decir que estoy feliz porque me dedicaste una de tus tantas locuras, pero todas esas cosas me llevarían a caer una vez más, en una ilusión irreal en la que mi ser se sumerge en magia pura…
Seria falso, pero sería felicidad en sí.
Por más que intento descubrir que es lo malo de perturbar a mi corazón con emociones gratificantes, poco realistas, no logro entender nada de nada. Sabiendo que es una felicidad efímera, cuyo fin esta cerca, provocando ese vacío incesante que queda en mí después de un rato de recordar tu alegría junto a la mía. Después de un rato de recordar esa persona que tanto conquista mi corazón y maneja mis pensamientos.
Y así estoy, engañándome una vez más… Una vez más caí en tu trampa, que acaba con mi esencia poco a poco, lentamente. Dando por anulado todas las cosas que alguna vez creí aprender. Todos los errores que alguna vez pensé no volver a cometer. Toda la confianza que no volvería a regalar, pero sobre todo los sentimientos que alguna vez pensé que podía controlar.
Es desesperante la forma en que intento alejarme de todo esto, la forma en que voy buscando un afecto ajeno a mí para sentirme un poco más reconfortada. Entendiendo cada vez menos de la misma nada.
Gritando sentimientos que no escuchas, guardando lágrimas que no ves, reprimiendo caricias. Esperando ese momento… ese momento de amor eterno que nunca va a llegar.
Seria falso, pero sería felicidad en sí.
Por más que intento descubrir que es lo malo de perturbar a mi corazón con emociones gratificantes, poco realistas, no logro entender nada de nada. Sabiendo que es una felicidad efímera, cuyo fin esta cerca, provocando ese vacío incesante que queda en mí después de un rato de recordar tu alegría junto a la mía. Después de un rato de recordar esa persona que tanto conquista mi corazón y maneja mis pensamientos.
Y así estoy, engañándome una vez más… Una vez más caí en tu trampa, que acaba con mi esencia poco a poco, lentamente. Dando por anulado todas las cosas que alguna vez creí aprender. Todos los errores que alguna vez pensé no volver a cometer. Toda la confianza que no volvería a regalar, pero sobre todo los sentimientos que alguna vez pensé que podía controlar.
Es desesperante la forma en que intento alejarme de todo esto, la forma en que voy buscando un afecto ajeno a mí para sentirme un poco más reconfortada. Entendiendo cada vez menos de la misma nada.
Gritando sentimientos que no escuchas, guardando lágrimas que no ves, reprimiendo caricias. Esperando ese momento… ese momento de amor eterno que nunca va a llegar.
Macarena Gaona
No hay comentarios:
Publicar un comentario