jueves, 21 de julio de 2011

Hubo un tiempo...

Hubo un tiempo en el que me sentí mal por haber estado lejos, fría como río en pleno invierno, recorriendo una montaña.
Los peces querían nadar libres, pero mi hielo los apresaba; y yo, angustiada, vivía con remordimientos...
Y en ese instante miro hacia un lado y tu estas allí. Limpiando las lágrimas absurdas que alguien hizo estancar en mis mejillas. Porque cuando un amor va rasgando la confianza y rompiendo las venas , vos curabas las heridas, hacías que me sienta mejor y me reconfortabas con tu confianza ciega hacia mi persona, esforzándote por hacerme reflexionar sin resentimientos que pesen en las decisiones y respetando las medidas que tomamos. Acompañás en el sentimiento y si me equivoco, por no seguir tus consejos, seguís allí, fiel. Como lo hiciste desde el primer día.

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