sábado, 10 de marzo de 2012

Hasta el infinito y más allá


Vamos pequeña niña, no llores más.
Las tristezas de esta vida no son lo suficientemente importantes
 como para que las dejes afectarte.
Vamos, mi niña, mi dulce niña de cristal.
 No permitas que tus ojos se empañen de dolor.
Quizás te pueda sacar a brillar esta noche. Para así calmar tus ansias de más.
Quizás pueda regalarte una estrella para que ilumine tu oscuridad.
Quizás pueda llevarte a la luna a  jugar con los espectros del espacio sideral.
Quizás pueda llevarte hasta el cielo para que descanses en una nube
y quizás, con un poco de suerte,
no tengas que volver a despertar.

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