lunes, 25 de julio de 2011

Desde los afectos. Por Mario Bendetti

¿Cómo hacerte saber que siempre hay tiempo?
Que uno sólo tiene que buscarlo y dárselo,
Que nadie establece normas salvo la vida,
Que la vida sin ciertas normas pierde forma,
Que la forma no se pierde con abrirnos,
Que abrirnos no es amar indiscriminadamente,
Que no está prohibido amar,
Que también se puede odiar,
Que el odio y el amor son afectos
Que la agresión porque sí hiere mucho,
Que las heridas se cierran,
Que las puertas no deben cerrarse,
Que la mayor puerta es el afecto,
Que los afectos nos definen,
Que definirse no es remar contra la corriente,
Que no cuanto más fuerte se hace el trazo más se dibuja,
Que buscar un equilibrio no implica ser tibio,
Que negar palabras implica abrir distancias,
Que encontrarse es muy hermoso,
Que el sexo forma parte de lo hermoso de la vida,
Que la vida parte del sexo,
Que el “por qué” de los niños tiene un porque,
Que querer saber de alguien no es sólo curiosidad,
Que querer saber todo de todos es curiosidad malsana,
Que nunca está de más agradecer,
Que la autodeterminación no es hacer las cosas solo,
Que nadie quiere estar solo,
Que para no estar solo hay que dar,
Que para dar debimos recibir antes,
Que para que nos den hay que saber también cómo pedir,
Que saber pedir no es regalarse,
Que regalarse es, en definitiva, no quererse,
Que para que nos quieran debemos demostrar qué somos,
Que para que alguien “sea” hay que ayudarlo,
Que ayudar es poder alentar y apoyar,
Que adular no es ayudar,
Que adular es tan pernicioso como dar vuelta la cara,
Que las cosas cara a cara son honestas,
Que nadie es honesto porque no roba,
Que el que roba no es ladrón por placer,
Que cuando no hay placer en las cosas no se está viviendo,
Que para sentir la vida no hay que olvidarse que existe la muerte,
Que se puede estar muerto en vida,
Que se siente con el cuerpo y la mente,
Que con los oídos se escucha,
Que cuesta ser sensible y no herirse,
Que herirse no es desangrarse,
Que para no ser heridos levantamos muros,
Que quien siembra muros no recoge nada,
Que casi todos somos albañiles de muros,
Que sería mejor construir puentes,
Que sobre ellos se va a la otra orilla y también se vuelve,
Que volver no implica retroceder,
Que retroceder también puede ser avanzar,
Que no por mucho avanzar se amanece más cerca del sol,
¿Cómo hacerte saber que nadie establece normas salvo la vida?

jueves, 21 de julio de 2011

Todos queremos un poco de calor entre las sábanas.

Si el invierno te es muy largo, yo puedo acortarlo.

¿Somos como un objeto, no? Bueno, o algo así.

Anoche pensaba en esos ornamentos decorativos, en cómo sus formas orgánicas y amables, nunca amenazantes, nos resultan funcionalmente habitables. Y me pregunté si aparecí en tu vida como desaparece un flash, y si habrán notado tus ojos alguno de mis detalles
Quizás funcioné en vos como un ornamento, que visto de lejos parece difícil de habitar.

Hubo un tiempo...

Hubo un tiempo en el que me sentí mal por haber estado lejos, fría como río en pleno invierno, recorriendo una montaña.
Los peces querían nadar libres, pero mi hielo los apresaba; y yo, angustiada, vivía con remordimientos...
Y en ese instante miro hacia un lado y tu estas allí. Limpiando las lágrimas absurdas que alguien hizo estancar en mis mejillas. Porque cuando un amor va rasgando la confianza y rompiendo las venas , vos curabas las heridas, hacías que me sienta mejor y me reconfortabas con tu confianza ciega hacia mi persona, esforzándote por hacerme reflexionar sin resentimientos que pesen en las decisiones y respetando las medidas que tomamos. Acompañás en el sentimiento y si me equivoco, por no seguir tus consejos, seguís allí, fiel. Como lo hiciste desde el primer día.

miércoles, 20 de julio de 2011

lunes, 11 de julio de 2011

Idiosincrasia

Yo no entiendo, cómo la gente no se da cuenta de lo sorete que sos, forro hijo de puta!
Atte: Tu idiosincrasia

martes, 5 de julio de 2011

Un día de invierno

Los placeres más exquisitos que un día de invierno me puede ofrecer:
El café de Colombia.
El faso de flores, que cultive con tanto cariño
Un cigarrillo bien merecido
 Esas cosas simples, que pueden darte tano placer; en una tarde de invierno, en donde poco a poco te vas encontrando a vos mismo