domingo, 25 de diciembre de 2011

Sólo viaja quien regresa, y se va quien yo olvido.

He pasado meses, años, a veces creo que vidas enteras, echándote de menos sin saberlo, sumida en esta bendita sensación de felicidad que regala el desconocimiento. 
Apago la luz de la habitación y me tumbo en la cama, otra vez sin sueño, sólo con ganas de volar despierta. Me pregunto cuánto tiempo tardarás en desvanecerte, en desaparecer de mi vida, en convertirte en un recuerdo. Hay quien se hace un plan de pensiones, yo fabrico y guardo nostalgias para el futuro.
Es tan grande el silencio a mi alrededor que puedo oír los latidos de mi corazón. Siguiendo su compás a la perfección, las cucarachas, con sus frenéticos y desesperados pasos sobre el suelo de madera. Una, dos, tres... esta noche parece que van a organizar una fiesta. ¡Y yo con estos pelos !
No sé cómo eres, a qué huele tu pelo, a qué saben tus labios o cómo enciende pasiones el roce de tus dedos. Sólo sé que, sin darme cuenta, me he vuelto adicto al color de tu letra, al compás de tus oraciones y a la esencia de tus pensamientos. Y creo que tú también lo sabes.

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